Templo de Hatshepsut también llamado Deir-el-Bahari
Las Civilizaciones Fluviales, Potámicas o Hidraúlicas surgen
en torno a grandes ríos y son de un gran
interés para la Historia de la Humanidad. Aparecen durante el Neolítico,
desarrollando unas culturas propias. Entre otros muchos adelantos e inventos
aparecería la escritura. Las principales Civilizaciones Fluviales de la
antigüedad fueron la Egipcia, las Mesopotámicas, la Hindú y la China.
Las civilizaciones mesopotámicas se desarrollaron en la región situada en el Asia Menor, en la Península de Anatolia, entre los ríos Tigris y Éufrates. La Egipcia surgió en el valle del río Nilo ,en el noreste de África; el río Indo dio origen a la civilización Hindú; y el río Amarillo a la civilización China. Las orillas de estos ríos estaban ocupadas por tierras muy fértiles y fáciles de regar, lo que provocó un gran desarrollo de la agricultura y del sedentarismo.
El crecimiento económico
obtenido produjo grandes cambios: la población aumentó y las pequeñas aldeas
crecieron hasta convertirse en grandes ciudades; apareciendo la división del
trabajo , las clases sociales, el poder político y los grandes
mandatarios.
Todas las civilizaciones fluviales presentan características
similares a éstas:
Un poder
político fuerte que se concentró en un rey, quien
dictaba las leyes, mandaba sobre el ejército y solía cumplir funciones
religiosas. Para administrar y proteger sus posesiones, los reyes crearon un
cuerpo de funcionarios para administrar sus territorios y formaron grandes
ejércitos.
La sociedad estaba muy jerarquizada. La población estaba dividida
en dos grupos muy diferenciados: una minoría de privilegiados, que eran los
propietarios de la mayor parte de las tierras, las riquezas y los principales
cargos públicos, y una mayoría sometida.
Se hicieron grandes obras públicas y de todo tipo. Los reyes potenciaron la construcción de canales, que permitían llevar agua a tierras hasta entonces secas, con los que las cosechas aumentaron. También edificaron grandes palacios, templos y tumbas para demostrar su poder, entre éstas destacan las pirámides de Egipto a las que haremos referencia más adelante.
Egipto fue la primera, entre las antiguas civilizaciones
fluviales, que tuvo una estructura política estable y unitaria. Surgió así, en
la cuenca del Nilo, un Estado burocrático centralista que logró sobrevivir tres
milenios.
Las razones de esta extraordinaria actividad se encuentran
no sólo en la posición geográfica del relativo aislamiento del país defendido
por el desierto, (formidable barrera natural contra las olas migratorias de
pueblos limítrofes), que caracterizaron la atormentada y violenta
historia mesopotámica, sino también en la sólida estructura estatal que desde
la primera época dinástica se presentó como una teocracia absolutista.
Seguidamente nos vamos a ocupar del ejemplo del río Nilo, en
Egipto, y el medio geográfico que lo rodea. La geografía de este país favoreció
la creación de una cultura en la que las influencias exteriores fueron
relativamente escasas.
El Egipto antiguo fue excepcional en su ubicación y único en
su permanencia, con una gran mezcla de elementos geográficos y humanos.
Configuradas las condiciones políticas importantes , necesarias, y establecidos los fundamentos de las creencias religiosas, y su liturgia, la aparente inmutabilidad del mundo, egipcio es unanota muy distintiva, salvo en circunstancias muy excepcionales, como los intentos reformadores del faraón Amenofis IV.
El poder establecido en Egipto fue autárquico en el contexto de una economía agraria que fue sólo posible gracias al Nilo y a sus inundaciones, pero nunca debido a la pluviosidad que era casi inexistente. La importante fuerza del estado faraónico se apoyaba en dos pilares fundamentales: la naturaleza divina del soberano y mo-narca absoluto, jefe religioso y dios del mismo- y la solidez de un aparato burocrático cuya complejidad y eficiencia no tiene parangón en el mundo antiguo.
La política exterior de Egipto se centró esencialmente en la
defensa a ultranza de sus fronteras,
amenazadas constantemente por violaciones por parte de los nómadas asiáticos
(beduinos), especialmente en las regiones del Delta. También
la fertilidad y las riquezas del Valle del Nilo provocaron la codicia de los
pueblos vecinos. La navegación por el Nilo regulaba la vida, desde el comercio
o el transporte de soldados, hasta las fiestas religiosas y las peregrinaciones
funerarias. Las zonas básicas del país fueron el
Valle del Nilo, el Delta y el Fayum.
En la antigüedad la inundación de este gran río, entre los meses de julio y octubre ( desde abril a junio el río tiene los niveles más bajos de agua) cubría la mayor parte del Valle y del Delta. Sus aguas proceden del llamado Nilo Azul (desemboca en el Nilo cerca de Jartum), que nace en las tierras altas de Etiopía, y del Nilo Blanco que procede del lago Victoria, en África central, y que tiene un caudal casi constante a lo largo del año. Después de la bajada del nivel de agua, se sembraban, entre octubre ynoviembre-según el momento- esas zonas y el limo existente favorecería la gran producción agrícola.
Las cosechas principales eran de tipo cerealista para hacer
pan, fabricar cerveza…; la cebada y el trigo eran fundamentales.
Legumbres, como las lentejas y garbanzos; las hortalizas,
como las lechugas, ajos, cebollas; los dátiles y las plantas forrajeras para
los animales, formaban parte de la producción más importante .La miel era el
principal edulcorante. La carne más preciada era la de vacuno, aunque también
lo fueron la de oveja, cerdo, cabras y antílopes. Las aves eran un manjar de
los ricos.
Era necesario, como complemento de sus estructuras de
vida y organización, viajar al desierto y realizar desplazamientos al exterior
más cercano.
Toda la vida de Egipto está regida por la religión que
otorga al faraón un carácter divino y que valoriza la existencia de la
existencia ultraterrena en íntima conexión con la vida material. De aquí se
deriva la enorme grandiosidad arquitectónica y su simbolismo, como la
rigidez de las formas escultóricas, en íntima conexión con los conceptos de la
inmutabilidad de las creencias del poder, al margen de las circunstancias del
acontecer histórico.
La estética egipcia subyace bajo las formas del arte romano
del Bajo Imperio, del arte bizantino y del copto, que influyeron fuertemente en
el arte cristiano occidental, en los jeroglíficos y en la simbología del
manierismo y, fundamentalmente, en amplios aspectos de arte de los siglos XIX y
XX.
Monumentalismo, racionalismo matemático, trascendencia de las relevantes formas arquitectónicas y escultóricas, tendencia a la abstracción, simbolismo que da continuidad intelectual a la realidad sensible, son aspectos, entre otros, que repetidamente han tenido la vigencia en la evolución artística occidental y de la que el arte egipcio es el paradigma, el arte a imitar.
Hacia el 3.000 a.C., se inicia la historia egipcia,
precedida de un amplio período del que subsisten abundantes yacimientos
prehistóricos, con el período tinita, que corresponde a las dos primeras
dinastías.
Al tercer milenio corresponde el Imperio Antiguo al que
sucede una etapa de relativa crisis.A mediados del segundo milenio se inicia el
Imperio Nuevo, que ha de mantenerse hasta mediados del primer milenio.
Las etapas del imperio saita, el correspondiente a la
conquista persa (525 a.C.) y las fases helenística y de la dominación romana, señalan
diversos jalones en la evolución del arte egipcio que se cierra a fines del
siglo IV d, de C.
Aunque el Imperio egipcio era muy grande, la población se
concentraba en una estrecha franja de terreno situada a orillas del río Nilo.
Esta franja se ensancha conforme el río se acerca a su desembocadura y acaba formando una amplia zona de tierra a modo de abanico que es la salida al mar.
Más allá de estas tierras fértiles se extendían las "tierras rojas", es decir, el desierto, donde casi no había animales ni plantas. Allí solo vivían pequeñas tribus nómadas y algunos campesinos que se concentraban en torno a los oasis. Pero este territorio también tenía su importancia, ya que servía como defensa natural frente a invasiones de países vecinos y de allí se extraían metales preciosos y piedras para las construcciones.
Los antiguos egipcios llamaban a su país Kemet (“Tierra
negra”) para diferenciarla del desierto o deshret (“la tierra roja”).
La tierra negra era la cultivable, el fértil limo que el
Nilo depositaba durante la inundación anual hasta donde podían llegar esas aguas.
Este gran río, como hemos señalado, se originó con la unión de otros dos grandes ríos: el Nilo
Blanco y el Nilo Azul que se encontraron en Sudán, donde está situada la ciudad
actual de Jartum.
El Nilo, tras un trayecto de unos seis mil kilómetros de
longitud, y a medida que se aproxima al mar, se abre de forma muy extensa
subdividiéndose en diversos brazos formando lo que los griegos llamaron Delta, a causa entre la semejanza de la
letra de su alfabeto y la disposición de los brazos secundarios del río.
Al este y al oeste del Nilo se extienden el desierto
oriental o Arábigo (montañoso) que desciende hacia el Mar Rojo, y el desierto
occidental o Libio (arenoso) que constituye el borde oriental del Sáhara y que
se interrumpe a unos doscientos kilómetros de distancia de este gran curso
fluvial, debido a una serie de depresiones alineadas en dirección paralela al
río y que constituyen los oasis.
Sin el Nilo, Egipto hubiera sido un desierto donde nunca se hubiera desarrollado una civilización milenaria como así ocurrió. Las inundaciones anuales del río eran enormes, pero cuando las aguas se retiraban, un conjunto de lagos, marismas y pantanos aparecían diseminados en el entorno, en las tierras emergentes. Se originaba un ecosistema apropiado para la vida de animales, y toda clase de aves y peces.
El río experimenta anualmente, una mansa y poderosa
crecida que inunda evidentemente a todas las tierras a sus orillas. Los
Egipcios aprendieron a controlar estas crecidas, construyendo diques y canales
para contener la importancia de las aguas, almacenarlas y distribuirlas por las
tierras circundantes. Así aumentó la superficie cultivable y creció la
producción agrícola.
El clima y la naturaleza favorecían los desplazamientos,
tanto a través de aquel desierto- que luego se convertiría en un obstáculo
insuperable- como a lo largo del eje del río, donde las materias primas y las
ideas se intercambiaban con igual frecuencia.
Templo de Filae, uno de los más bellos de Egipto. Se encuentra ubicado en una pequeña y encantadora isla dedicada a Isis, diosa del amor.
Hacia el año 5000 a.C., cuando el clima empezó a hacerse cada vez más árido (parecido al actual), la población tuvo que luchar por su supervivencia y buscó su refugio natural en el Valle del Nilo donde existían condiciones de vida más favorables. Nacieron así las primeras aglomeraciones protourbanas que se establecieron al norte y al sur del país.
En el desarrollo de estas primeras comunidades fue necesario un orden para el desarrollo de la vida y la organización social y demás necesidades útiles para la convivencia comunitaria. Así se fue definiendo la figura del jefe, es decir el individuo que garantizaba la supervivencia de su pueblo, que organizaba el trabajo y la defensa contra los enemigos externos; en Egipto se llamaría Faraón y sería el soberano absoluto de Egipto que ejercería un poder totalmente autárquico, un sistema de gobierno caracterizado por ser monárquico, absolutista y teocrático.Los egipcios creían que su faraón era un dios viviente. Sólo él podía unificar el país y mantener el orden cósmico o Maat. También creían que cuando moría, alcanzaba la vida eterna, no solamente para él, sino también para su pueblo. Mandaba al ejército, fijaba los impuestos, juzgaba a los criminales y controlaba los templos.
Se asociaba al faraón con los dioses sol y cielo,
especialmente con Horus, el dios
cielo con cabeza de halcón. El nombre del faraón se escribía en el interior de
un cartucho: un disco ovalado, símbolo del poder del rey sobre "todo lo que
envuelve el sol". Él era el todopoderoso. Los visitantes besaban el suelo
que pisaba. Pero aquel que lo tocara sin su permiso podía ser condenado a
muerte.
El título de faraón era, sin dudas, el más poderoso que
alguien, en la civilización del Antiguo Egipto, pudiera ostentar. Era el
gobernante supremo de las tierras egipcias y no sólo poseía el poder político
sino que también contaba con el poder religioso al considerarse que era
descendiente de los mismos dioses.
El faraón se ubicaba en la cima de la pirámide social
egipcia y tenía todos los privilegios, como también todo el poder sobre la
población de la región.
El Faraón egipcio Tutankhamón con el nemes
El acceso al poder por parte del faraón tenía que ver con la
herencia y el linaje, al creerse que los faraones pertenecían a castas
reinantes descendientes del mismo dios Horus
o Ra (dependiendo del momento histórico de la civilización egipcia). Como
tal, el faraón tenía a su cargo todas las atribuciones políticas, religiosas y
económicas.
Por debajo de él se ubicaba la familia real, compuesta por
su esposa e hijos. Luego, seguían los nobles y funcionarios que lo acompañaban
en sus tareas. Los esclavos se ubicaban al final de la pirámide social y eran
sin duda alguna el grupo social más numeroso, siempre al servicio del faraón.
Los historiadores han señalado, los dignatarios y numerosos elementos característicos del faraón, aquellos que le daban poder, un poder divino sobre los demás y que lo ubicaban más cerca de los dioses.
Entre sus símbolos
debemos mencionar el Nemes o tela que
se colocaba sobre su cabeza, generalmente a rayas, el flagelo y el cayado en sus brazos, la barba postiza, el Uraeus o
cobra que se ubicaba sobre la cabeza, collares, vestimentas de gran riqueza y
delicadeza, joyas de todo tipo que representaban por lo general a los animales
característicos de la región.
El faraón Dyeser o Zoser, auténtico fundador de la dinastía
III, fue enterrado en la pirámide escalonada de su nombre. Fue el responsable
del impulso que situó a Egipto, recién salido del Neolítico, en la rampa de
despegue del fabuloso imperio. Impulsó el Estado y forjó las bases del Imperio
Su reinado marca el final de las dinastías tinitas, es decir las dinastías I y
II, cuya capital era Tinis, ciudad. Y además significa el comienzo de las dinastías
menfitas, así llamada por tener la capital en Menfis situada en Abidos, en el
Alto Egipto, donde siempre vivió este faraón.
Funcionarios
auxiliares en el gobierno. Muchas funciones del
gobierno las delegaba el faraón a personas de su confianza, quienes le
prestaban evidentemente una eficaz colaboración. Entre los principales
funcionarios estaban;
El Escriba Real,
que estaba encargado de llevar el cálculo de los ingresos agrícolas y de
inspeccionar las industrias y el comercio. Para ello estas personas debían ser
expertos en el manejo de los números y de la escritura.
El Gran Visir, encargado de controlar los nomos (provincias), era el intermediario entre las autoridades y el faraón.
El Jefe del
Sello del Estado, comparado actualmente con el
Ministerios de Economía, quien tenía como función vigilar los ingresos fiscales
y los gastos del Estado
El Gran
Sacerdote, que tenía a su cargo el culto
religioso y se preocupaba de presentar a los faraones como descendientes de los
dioses.
Sacerdote del templo de Seshat. Los sacerdotes eran los servidores de los dioses. Se consideraba que el templo era, literalmente, la casa de la divinidad, y no un lugar de reunión para los fieles. En el caso de los templos egipcios, únicamente el faraón y el clero, al ser estos los sirvientes de los dioses, podían acceder más allá del primer patio.
Uno de los elementos de la civilización egipcia más íntimamente relacionados con el faraón han sido las famosas pirámides. Eran construidas a petición del faraón con el objetivo de ser utilizadas como su cámara de reposo y su conexión eterna con los dioses. Para conservar el cuerpo del faraón y permitirle así pasar a la otra vida, se le momificaba y se lo enterraba junto a todas sus pertenencias y riquezas. Se creía que de esta manera podría en- frentarse al juicio final y ser recibido por los dioses en el más allá.
Busto de la reina Nefertiti, la bellsima amada de Mut
El Antiguo Egipto fue una civilización que se originó a lo largo del cauce medio y bajo del río Nilo, como hemos apuntado anteriormente, y que alcanza cuatro épocas, muy notorias, de esplendor faraónico en los periodos denominados Imperio Antiguo, Imperio Medio, e Imperio Nuevo.
La civilización egipcia se desarrolló durante más de 3500
años. Comenzó con la unificación de algunas ciudades del valle del Nilo,
alrededor del año 3150 a. C., y convencionalmente se da por terminado en el año
31 a. C., cuando el Imperio romano conquistó y absorbió el Egipto ptolomeico,
que desaparece como Estado.
Administrativamente Egipto se dividió en Nomos, Hesp, o Hesput que no eran sino
provincias que poseían su propia capital donde se rendía culto a uno o varios
dioses. El número de estoNomos estaba en torno a 40 variando según las épocas y
las fuentes.
La Tierra de los Faraones, Egipto, fue también “el país de Las Dos Tierras" de
modo que geográficamente se divide en:
El Bajo Egipto al
norte en la zona del Delta del Nilo con amplias y fértiles llanuras.
El Alto Egipto al
sur en el Valle del Nilo, una estrecha franja junto a la orilla del río, y
rodeada por desiertos.
Cronológicamente la historia del Antiguo Egipto se puede
dividir en:
Periodo Predinástico, Periodo Protodinástico, y Periodo Arcaico (hasta 2700 a.C.). Se trata de la época más desconocida. Durante este periodo la población egipcia se aglutinó en numerosas ciudades tales como Sais, Buto o Letópoli, produciéndose la aparición de los primeros reinos egipcios, el Alto y el Bajo Egipto y su posterior unificación y la creación de la estructura de estado que perduró durante casi toda la historia del Egipto Antiguo. El primer faraón fue Narmer o Menes quien unifica el Alto y el Bajo Egipto
Imperio Antiguo
(entre 2700 a.C. y 2250 a.C.) es la época de la consolidación definitiva del Estado
y el momento en el que se construyeron las grandes pirámides. Destacan las de
Zoser, Keops, Kefren y Micerino.
Primer Periodo
Intermedio (entre 2250 a.C. y 2050 a.C.) El poder omnipresente
del faraón se debilita y toman protagonismo líderes locales dando lugar a
divisiones internas.
Imperio Medio (entre 2050 a.C. y 1800 a.C) Regresa la
centralidad, la unidad y el poder del faraón.
Segundo Periodo
Intermedio (entre 1800 a.C y 1550 a.C.) Los
Hicsos dominaron, en su momento, gran parte de Egipto aprovechando las
divisiones internas y la falta de un faraón único y poderoso. Importaron el
caballo y el carro de combate, siendo su utilización en las invasiones un
factor clave para su éxito.
Imperio Nuevo
(entre 1550 a.C. y 1070 a.C.) Egipto se reunifica y fortalece. Es la época de
importantes faraones como Ramses II o
Tutankamon o Nefertiti.
Tercer Periodo
Intermedio, Tardío o Helenístico (entre 1070 a.C
y 30 a.C.) De nuevo las divisiones internas debilitaron Egipto.
Se sufrió la invasión Asiria, la invasión Persa y la conquista por parte de Alejandro Magno.
Periodo Romano
(entre 30 a.C y 640 d.C.) Egipto se convirtió en una provincia romana y terminó
por difuminarse su identidad. Nadie fue capaz de leer la escritura jeroglífica
y su historia permaneció en el olvido hasta que el francés Champollion logró descifrarla.
El
francés Jean-François Champollion, fue un historiador (lingüista y egiptólogo) considerado
el padre de la egiptología por haber conseguido descifrar la escritura
jeroglífica gracias principalmente al estudio de la piedra de Rosetta,
La sociedad
Las ciudades crecían en torno a los templos que ejercían una
gran labor social. Las viviendas eran pequeñas pero las condiciones sanitarias
e higiénicas eran muy buenas. También existían mansiones que pertenecían a las
élites y clases acomodadas. El poder de los templos llegó a eclipsar al de
algunos faraones, acumulando terrenos de cultivo, ganado e influencia política.
Estructura de un templo egipcio
Egipto debía importar metales, maderas, piedras, etc., pero producía trigo, cebada, lino, papiro...Ya hemos señalado que la agricultura fue la base de la economía egipcia.
Los antiguos egipcios contribuyeron enormemente al
desarrollo técnico de la humanidad. Casi todo el mundo piensa normal-mente
en su arquitectura y en las grandes pirámides, pero su aportación va mucho más
allá: el papiro, como primer material similar al papel el sistema decimal. la
cirugía. etc.
La sociedad en la cultura egipcia estaba dividida en varias
clases sociales, entre las que existía una gran desigualdad. Estas clases
sociales eran las siguientes:
Los sacerdotes:
pertenecían a una clase privilegiada, encargada de realizar el culto religioso.
Cuidaban de los templos y los animales sagrados. Actuaban de intermediarios
entre los dioses y los hombres.
Los escribas: eran
hombres de vasta cultura, desempeñaban su función como verdaderos
ministros de Estado, administrando el país, vigilando las construcciones, recibiendo y gestionando losproductos
agrícolas, reclutando soldados para el ejército, llevando los libros de
contabilidad y cobrando los impuestos.
El escriba sentado. Presenta realismo en la acción de espera para escribir, pese a su inmovilismo.Los escribas del antiguo Egipto eran los encargados de inscribir, clasificar, contabilizar y copiar, utilizando varios tipos de escritura, como la hierática o demótica, que permitía escribir rápidamente, con la ayuda de un cálamo sobre papiros u ostracas trozos de cerámica (o fragmentos calcáreos) que se utilizaban como borradores para aprender a escribir o pintar). Su atuendo era simple, era una falda hecha de lino o algodón.
Los guerreros: eran los defensores del país y los conquistadores de nuevos territorios. Por sus hazañas recibían tierras y esclavos como premios y , en algunas otras circunstancias, podían tener el privilegio de contar con un sarcófago de piedra.
El pueblo: constituía
la clase más numerosa en la cultura egipcia. Era muy plural y a ella
pertenecían los agricultores, los artesanos y los comerciantes. Sus miembros
estaban obligados a pagar impuestos, a servir como reclutas en tiempo de
guerra, a realizar trabajos forzados. Aún en periodos de mala cosecha, debían
cumplir con la entrega del diezmo.
Los esclavos: lo
conformaban los prisioneros de guerra o los
hombres comprados en los mercados extranjeros.
Eran los sir-vientes generalmente a las clases privilegiadas, en
trabajos du ros, y estaban mal alimentados y peor vestidos.
La economía
La agricultura:
esta actividad consistía en el trabajo de la tierra. Se araba con azadas y
arados tirados por bueyes. Se cultivaba el trigo, la cebada, el lino, la uva,
las hortalizas y también diversas legumbres, como apuntábamos al principio.
La ganadería fue
desarrollada en grandes extensiones de tierras pertenecientes a los templos. En
ellas se apacentaban numerosos rebaños de vacunos, ovinos y mulas.
La industria: tuvo gran importancia en la época de los faraones. Sobresalieron las industrias del tejido de lino, comparable a la seda; la elaboración de metales, con los que hacían utensilios, armas, joyas, espejos y peines; el curtido, la cerámica, alfarería, la fabricación de muebles, la confección de carrocerías y la preparación de una especie de papel, a base de papiro.
El comercio: esta
actividad se desarrolló tanto por tierra como por mar en la cultura egipcia.
Por tierra, sus caravanas llegaron hasta Siria, Palestina y Mesopotamia. Por
mar, sus barcos navegaron por las costas de Siria y las islas del Mar Egeo. El
comercio se realizaba normalmente mediante el trueque; a través de él se intercambiaban,
los tejidos y objetos de arte y lujo, por ganados, maderas y metales.
Manifestaciones culturales
Los antiguos egipcios, llegaron a
desarrollar con gran éxito una cultura muy sobresaliente, cuya máxima
expresión podemos encontrarlas en las ciencias, las artes, la religión y la
escritura.
Las ciencias, sobresalieron,
entre ellos las siguientes:
Las
matemáticas, en este campo sentaron los fundamentos
de la aritmética y geometría. Conocieron la numeración decimal, tomando en
cuenta las proporciones del cuerpo; inventaron como medida el pie, el cúbito y
el palmo; determinaron los triángulos y rectángulos para formar escuadras.
Estos acontecimientos les sirvieron para medir sus tierras,
trazar sus canales de irrigación y las obras de arquitectura monumental.
utilizaron también las jarras, las balanzas y las pesas para medir productos
agrícolas.
La astronomía: inventaron el calendario, de 365 días, divididos en 12 meses de 30 días cada uno, a los que agregaron un periodo de 5 días festivos. Este calendario lo conocemos hasta ahora por los romanos. Los egipcios conocieron tres estaciones muy im-portantes para su vida cotidiana: inundación, siembra y cosecha; descubrieron varios planetas: Mercurio, Venus, Marte, Júpiter y Saturno; inventaron el reloj de sol y sombra, y también el de agua; trazaron mapas celestes y determinaron los cuatro puntos cardinales.
La medicina: surgió
debido a la necesidad de atender las lesiones recibidas comúnmente por los
soldados en los campos de batalla y los muchos accidentes de los obreros,
producidos en las grandes construcciones.
Supieron tratar fracturas, heridas, luxaciones, bajo la
influencia de las supersticiones y el poder de los amuletos. Por ejemplo, al
tomar alguna medicina, debían pronunciar ciertas palabras. Trataron las
enfermedades propias de la época y destacaron en las técnicas de embalsamar y
momificar los cadáveres.
El arte
Para los antiguos egipcios el arte no era un concepto
abstracto. Las obras de los artistas y escultores tenían una finalidad
práctica. No eran tan solo expresiones propias y
tangibles de la inspiración y la imaginación.
Cuando se representaban artísticamente – la escultura, el relie-ve, la
pintura y los figurines-, un objeto, una persona o incluso cualquier
acontecimiento, y se le inscribía (o se recitaba) en una representación,
la fórmula religiosa adecuada, su existencia se prolongaba eternamente.
Recordemos, por ejemplo, que la finalidad de una estatua era asegurar la supervivencia de la persona representada durante el resto de la eternidad. Al recibir una inscripción con su nombre y con sus títulos, la estatua quedaba dotada mágicamente de aquella personalidad, a la que proporcionaba un eterno lugar de residencia para su espíritu después de la muerte. Por lo tanto cualquier representación ya fuera escultura, relieve o pintura, estaba proyectada para la eternidad. Las esculturas se solían hacer en madera y metales como el cobre, más fáciles de manejar que la piedra. Las estelas funerarias, muy relevantes, alcanzaron un gran auge dentro del relieve.
Para un Egipcio de la época faraónica, una estatua tiene
tanta vida como un ser vivo. La estatua ”viviente” tiene los mismos cuidados
que el ser humano. Las ofrendas escritas en ellas, en realidad se confunde con
el ser al que encarna. De ahí que se inscriba en ella el nombre y las
cualidades de la persona representada. Una estatua anónima, que careciera de
las inscripciones jeroglíficas, carecía de todo poder.
El arte egipcio es
funcional, bien como objetos cotidianos, bien como objetos funerarios o
religiosos. De ahí que los objetos o las escenas que llenaban las tumbas para
equipar a la persona fallecida en la otra vida, debían ser “reales”.
Todo aspecto de la vida pública y privada se hallaba
enlazado con las pautas de las creencias y prácticas religiosas. El arte tuvo
un sentido de unidad que persistió hasta que pasó a formar parte de Impero
Romano, para eso transcurrieron tres mil años, hasta la muerte de Cleopatra.
Sus características generales son: primero es una arte exclusivo para la Iglesia y el Estado (en Egipto ambas cosas son lo mismo). Ellos son los únicos clientes y los que marcan todo el estilo general. El artista es un ejecutor anónimo, es un artesano que cumple unas normas preestablecidas, no es un creador. En el arte egipcio no se estima la originalidad sino la precisión con la que el artista realiza los encargos y la solidez de éstos.
Por otro lado el arte es soporte de toda una iconografía
religiosa y de poder. La imagen encierra toda una simbología que la exime de cualquier
función estética. Se trata de transmitir el mensaje de la forma más clara
posible. Nunca se liberaron de la imagen conceptual ni tampoco de la técnica
completiva, por la que el retrato se compone de varios elementos mentalmente
unidos y ópticamente incoherentes.
Renuncian a la perspectiva, para dar más claridad al
mensaje. Por eso en escultura la frontalidad es sagrada, con unas reglas fijas
que se repiten.
Pero la imagen- símbolo debe ser también duradera, eterna,
para ser buena. Siempre se prefiere el macizo mejor que el vano, las
formas puras y geométricas que dan la visión de orden pero también son más
duraderas; adintelación mejor que arcos, rectas mejor que curvas, soportes
simples pero enormes, materiales sólidos y eternos, la piedra en vez del
ladrillo, esculturas bloque, etc.
La arquitectura
La arquitectura para la cultura egipcia tuvo un carácter religioso. Los monumentos arquitectónicos estuvieron inspirados en la existencia del más allá. Construyeron verdaderos monumentos, como las pirámides, las mastabas, los hipogeos y los templos.
Es lógico pensar que en una civilización donde se le concede
tantísima importancia a la muerte-vida, el edificio principal debería ser la
tumba. En ellas se aprecia una evolución desde la mastaba simple hasta la
pirámide o el hipogeo.
Las Pirámides: Son considerables ,enormes y grandiosos monumentos construidos
de granito, y a veces de otros materiales, de forma piramidal y base cuadrada. Con salas y sinuosos corredores
internos. Fueron edificados cerca de la ciudad de Menfis, en el valle de Gizeh
para servir de tumba a los faraones y sus familiares.
De las 40 pirámides importantes, que despiertan la
admiración de los observadores, tres son las más conocidas e importantes: La pirámide de Keops, de 146 metros de
altura. La pirámide de Kefrén, de 136
metros de altura y la pirámide de Micerino, de 62 metros de altura.
La gran pirámide de Keops que tenía originalmente 146 metros de altura; hoy,
por los estragos del tiempo solo tiene 137 metros. Para su construcción se
emplearon dos millones trescientos mil bloques de piedra, cuyo promedio de peso
por unidad, es de dos toneladas y media. Debieron trabajar en ella cien mil
hombres durante más de veinte años.
Las mastabas son las construcciones más antiguas, tienen forma de pirámide truncada, con una pequeña cámara subterránea, donde se enterraban los cadáveres momificados de los nobles. En su oscuro interior hay un pozo que se ciega y sobre el que se construye un edificio casi macizo con forma de paralelepípedo con alguna habitación adornada con relieves muy interesantes. Las más importantes son las de Sakkara.
Si construimos varias
mastabas superpuestas obtenemos como resultado la pirámide escalonada, como la
de Zoser, y residente también en Sakkara, el cual contrató los servicios de
Inhotep pa- ra realizar su tumba tan atractiva, algo que iba a convertirse en
una costumbre: el faraón moraría para siempre en su tumba-casa eterna. Por
evolución de ésta viene la pirámide equilátera clásica
Pirámide de Zoser en Sakkara, al sur de
la ciudad de Menfis
Los Hipogeos: Son
tumbas subterráneas excavadas en las faldas de las montañas. En su interior
había una capilla y un profundo pozo, en uno de cuyos lados se ubicaba la
habitación de la momia que había sido en vida una persona rica y privilegiada.
Los Templos: Estos monumentos arquitectónicos, que se han caracterizado por su aspecto majestuosos, fueron construidos para el culto a os dioses. A ellos se llegaba por sendas avenidas, adornadas por ambos lados con pequeñas esfinges. En la fachada había dos pirámides truncadas, una entrada con dos obeliscos y dos estatuas del dios venerado.
Constaba de las siguientes reparticiones:
La Sala Hipóstila para la reunión de los creyentes. La Sala
de Aparición por donde salían los sacerdotes, situada a los costados de la nave.
Un vestíbulo interior destinado a las oraciones. Los templos más famosos fueron
los de Karnak y Luxor, en la ciudad de Tebas.
La escultura
Las formas más representativas del arte egipcio fueron: las
esculturas denominadas de bulto redondo, los relieves y las pinturas. Adquieren
un carácter definitivo hacia los comienzos del período dinástico. Los cambios
artísticos, a través de los distintos períodos reflejan los cambios en la
sociedad.
El escultor en Egipto era un personaje de segunda categoría
(no así el arquitecto) por dedicarse a una actividad manual y es siempre un
personaje anónimo y sin iniciativa creadora. Existían unas fórmulas que el
artista debía acatar.
La escultura en Egipto está tan supeditada a la religión como la arquitectura y todas sus obras tienen un carácter utilitario, una finalidad no estética, la belleza de las mismas es algo secundario. La escultura egipcia es hierática, ceremoniosa, solemne. Las figuras humanas respetan excesivamente las reglas de la etiqueta oficial. Siempre se les representa de frente por respeto (frontalismo para dignificar)si se trata de bulto redondo y con la cabeza de perfil si es relieve.
Las de bulto redondo
padecen rigidez, estatismo, idealización, sin movimiento, sin ningún
sentimentalismo, sin pasión. Los brazos están pegados al cuerpo (escultura en
los bloques por razones técnicas y para perdurar
y tener mayor solidez); solamente hay unos ojos artificiales de pasta vítrea
para acentuar la profundidad de su mirada. Se realizan normalmente en caliza,
madera policromada y las más importantes en granito y basalto.
En cuanto al relieve suele ser un relieve bajo y policromado
que se consigue reuniendo el contorno de la figura (hueco relieve). No se
realiza ningún efecto de perspectiva, todas las figuras son del mismo tamaño
excepto las del faraón para subrayar su poder. Se utiliza la técnica
completiva: partes de frente como el busto y los ojos y partes de perfil como
la cabeza, las piernas y los pies.
Las composiciones son siempre simétricas y perfectamente
ordenadas simbólicamente. Los temas van desde las escenas cotidianas y los
trabajos agrícolas hasta las grandes hazañas de los faraones, siempre contadas
seleccionando los principales momentos y secuenciándolos en una hilera
horizontal, uno detrás del otro. Se procura no dejar ningún espacio vacío (“horro
vacui”).
El relieve puede ser en alzado o en huevo. En el primero se excava la superficie que rodea a las figuras hasta una profundidad de unos 5 m.m., de modo que los personajes y figuras destacan en el fondo. En el relieve en huevo, hundido o inciso, los perfiles de las figuras se graban en la superficie que permanece, quedando modeladas las figuras dentro de las mismas. El sistema de alzado se empleaba para los exteriores y el de huevo para los interiores. Las principales construcciones religiosas y las mejores tumbas privadas estaban decoradas con relieves . En Egipto las escrituras y las representaciones estaban estrechamente ligadas. Seguidamente exponemos la imagen de El alcalde del pueblo (El Cairo). Con su actitud característica de mirar al frente y caminar.
La mayor parte de la escultura egipcia que ha llegado a nosotros ha sido, evidentemente, a través de las tumbas. En estas se requiere la representación del muerto para que sirva de apoyo a su espíritu material y han de colocarse otras para que le sirvan de acompañamiento, reuniendo en la tumba todo aquello que le sirvió en la vida.
La imagen del muerto se caracteriza por su hieratismo
solemne, como si así estuviese en presencia de la divinidad, mirando y
caminando hacia el más allá.
Esta majestuosidad de las bellas formas escultóricas
favorece las creencias de un arte simbólico, en el que la geometrización de
éstas es otra característica significativa. Ahora bien, junto a las
representaciones de los muertos, rígidas y solemnes, vemos otras esculturas en
las que predomina el realismo naturalista, especialmente en los aushebti, pequeñas figuras de tierra
cocida o de madera que representan escenas y oficios de la vida cotidiana.
Se inicia la escultura egipcia con los relieves de paletas
de tocador para ungüentos y estelas en piedras duras, como las del rey Namer y
la del rey Serpiente en El Cairo y en el Louvre respectivamente.
Al Imperio Antiguo pertenecen como obras características las
figuras sedentes de Rahotep y Nefret (El Cairo), la figura entronizada de
Kefrén (El Cairo), majestuosas y solemnes como las de Mikerinos, mientras
ofrecen notas realistas como las de los escribas (Louvre), las del enano Seneb
y su Beled (El Cairo).
En el Imperio Nuevo se advierte una cierta tendencia hacia
la idealización en las hieráticas y majestuosas representaciones de los
faraones como el el de Tutmes o Tutmosis III (El Cairo).
A este momento corresponde el arte del período de Amenofis
IV que, de acuerdo con la experiencia religiosa que promulga, crea la capital
de Tell-el- Amarna, una escuela en la que predomina la expresión melancólica y
realista de suma elegancia en la que sin detrimento de la suma majestuosidad,
el artista insiste en la humanización. Es característica de este momento el
busto de la reina Nefertiti, los varios retratos del faraón Amenofis y los
relieves de los faraones con sus hijas.
La escultura de la cultura egipcia se caracterizó también
por su rigidez y ausencia de rasgos sicológicos.
Entre las obras escultóricas también muy conocidas tenemos a
los colosos y las esfinges.
Los colosos son estatuas gigantescas que miden hasta 80 metros de altura. Representan a faraones sentados, colocadas a las entradas de las grandes ciudades como los colosos de Memnón, cerca de Tebas
Los colosos de Memnón son dos gigantescas estatuas de piedra que representan al faraón Amenhotep III situadas en la ribera occidental del Nilo, frente a la ciudad egipcia de Luxor, cerca de Medinet Habu y al sur de las grandes necrópolis Tebanas.
Otra escultura muy significativa es la famosa Esfinge que
mide 20 metros de ancho por 19 de alto y 73,5 de largo. Es el símbolo del sol
naciente, con cuerpo de león. Se ubica cerca de las pirámides de Gizeh. La roca
en la que se ha esculpido la esfinge, produce ruidos especiales, en razón de
que la porosidad del material aloja humedad atmosférica que al aparecer el sol,
se escapa en forma de vapor.
La pintura
En las tumbas se han hallado numerosos ejemplos de la
pintura egipcia, tanto en los famosos papiros como, fundamentalmente, decorando
las paredes. Sobresalen en ellas las escenas de la vida cotidiana y de tipo
religioso, en las que predominan los nítidos perfiles, de exquisitos dibujos. La pintura, por otra parte,contri-buye,
poderosamente a la belleza de los relieves y de buen número de ejemplos en la
escultura de bulto redondo.
La escritura .El aporte cultural
Los egipcios escribían con pequeñas cañas puntiagudas, moja-das
en una especie de tinta, preparada a base de agua, goma y sustancias vegetales
.Usaban como papel los tallos del papiro, que crecían en las orillas del río
Nilo.
La escritura egipcia fue descifrada por el francés Jean-François Champollion en 1822. La
clave fue proporcionada por el hallazgo de la Piedra Roseta en 1799, por el
soldado Pierre-François Bouchard,
cuando Napoleón Bonaparte realizaba la expedición al país del Nilo.
La Escritura
jeroglífica es una escritura de difícil
interpretación, pues está formada por signos e imágenes de animales y también por
objetos. Se empleaba generalmente en las tumbas y en los templos.
Los jeroglíficos fueron un sistema de .escritura inventado
por los antiguos egipcios fue utilizado desde la época pre-dinástica hasta el
siglo IV. Los antiguos egipcios usaron tres tipos básicos de escritura:
jeroglífica, hierática y demótica; esta última corresponde al Periodo tardío de
Egipto.
“ Es un sistema complejo, una escritura al mismo tiempo figurativa, simbólica y fonética, en un mismo texto, una misma frase, prácticamente casi diría en una misma palabra”.
(Jean-François Champollión)
Escritura
Hierática es la misma escritura jeroglífica pero
en forma abreviada. Su uso estuvo limitado a los sacerdotes y personas de gran
cultura.
Escritura
Demótica es la escritura hierática
simplificada. La usaba la gente del pueblo. El aporte cultural
El aporte cultural a la cultura occidental se manifiesta a
través de tres ideas fundamentales; la idea del alma, el juicio de los muertos
y el calendario.
Consideraban que toda persona tenía dos partes; el cuerpo y
el alma; este último seguía existiendo al producirse la muerte.
Así mismo, creían que el alma era juzgada por un tribunal de
los dioses. Si se comprobaba, con certeza; que había llevado una vida pura,
pasaba a gozar de la eterna felicidad.
Por último los antiguos egipcios le debemos la confección de
un calendario de 365 días que subsiste hasta ahora, solo modificado en dos
ocasiones; en el siglo I a.C. cuando se elaboró el Calendario Juliano y en 1582
cuando se estableció el Calendario Gregoriano (Gregorio XIII).
La religión egipcia
La religión egipcia presentaba las siguientes
características:
Era politeísta,
tenían muchos dioses. Creían que todos los cuerpos celestes, los elementos
naturales, algunos animales y algunas plantas, eran sagrados. Así llegaron a
explicarse muchos misterios de la naturaleza Era también antropomorfa, los dioses eran representados generalmente en forma
humana y a veces con cabezas de animales.
Clases de Cultos
El culto religioso consistía en ceremonias mágicas,
dedicadas a los dioses locales y nacionales.
En un principio antes de la unificación del Alto y Bajo
Egipto, cada nomo o comunidad, rendía culto a sus dioses locales.
Posteriormente durante el Imperio, muchos de estos dioses se convirtieron en
dioses nacionales.
Las Principales divinidades
Entre las principales del Antiguo Egipto tenemos:
Horus,
el Sol naciente, hijo de Osiris e Isis. Ra
el Sol en el cenit o mediodía, era la divinidad principal de Egipto. Osiris, el Sol poniente representaba la
fecundidad. Isis la Luna, reina de la
noche. Seth la noche, simbolizaba la
maldad. Anubis juez de los muertos. Thot protector de la sabiduría.
El mito de Osiris
Los egipcios creían firmemente que Osiris había enseñado al
pueblo el cultivo de la tierra y las artes de la paz. Su hermano Seth, que era
el dios de la noche y del mal, por celos, lo mato y lo descuartizó, arrojando
sus restos al espacio. Horus hijo de Osiris sale del oriente y tras el feroz
combate logra vencer a Seth
y venga a su padre Isis y su hijo, luego de juntar los
restos dispersos, consiguieron devolverle a la vida. Pero Osiris no volvió a
habitar este mundo, sino pasó a la morada de los dioses. Allí juzgaba las almas
escogiendo a los virtuosos para disfrutar de la felicidad celestial.
Juicio a los muertos
De acuerdo a la mitología egipcia el alma comparecía ante el
Tribunal de Osiris. Hasta allí era conducido por el dios Anubis, donde 42
jueces examinaban su conducta eterna. El dios Thot, pesaba los pecados en la
balanza de la justicia. Si el platillo se inclinaba por el lado de la
culpabilidad, el alma era destrozada por un perro; de lo contrario podía
disfrutar la felicidad de los dioses.
Culto a los muertos
La cultura Egipcia veneraba mucho a los antepasados
porque querían evidentemente conservar las enseñanzas morales y recordar los
beneficios que habían recibido. Además, pensaban que el ser humano no moría por
completo, pues su alma o ka, quedaba
con vida, siempre y cuando el cadáver no se destruyera. Con tal fin practicaron
la momificación.
Depositaban ofrendas en las tumbas y colocaban junto al
muerto el Libro de los Muertos, que contenía la fórmula con que el alma debería
defenderse ante el Tribunal de Osiris. Después de un año, la momia se colocaba
en una barca, para ser arrastrada por las aguas del Nilo, con rumbo a la
eternidad.
Culto a los animales, tenemos:
El buey Apis
de color negro con frente blanca, la figura de un águila en el lomo y un
escarabajo debajo de la lengua. a su muerte era momificado y enterrado en un
cementerio llamado Serapeum. Los
cocodrilos que vivían en los grandes templos atendidos por los sacerdotes. Otros
animales adorados eran el Ibis, ave
con la que se predecía el futuro; el ave fénix que resucitaba de sus cenizas;
el halcón, el chacal, etc.
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