EL
MONASTERIO DE SAN PEDRO DE ARLANZA (BURGOS). SU IMPORTANCIA EN LA HISTORIA DE
CASTILLA.
Alfredo
Pastor Ugena
(…)El monasterio de San
Pedro de Arlanza está considerado como "Cuna de Castilla" y uno de
los cenobios más impresionantes que tuvo la España condal…Al valor artístico e histórico del cenobio hay que añadir su soberbio
emplazamiento en los rocosos y majestuosos cañones excavados en la roca por el
río Arlanza, a muy escasa distancia de otro emblemático monasterio, el de Santo
Domingo de Silos y de la villa medieval de Covarrubias(…)
La provincia de
Burgos es un territorio ancestral donde se gestaron los orígenes de Castilla.
Es un tesoro poseedor de bellísimas muestras del patrimonio artístico y
cultural. Sus variadas comarcas están repletas de iglesias, ermitas,
monasterios, palacios y demás muestras sobresalientes del arte y la cultura.
Todas estas huellas y manifestaciones son el testimonio inequívoco de una
historia densa y relevante. Una de estas manifestaciones significativas es el
tema que hoy nos ocupa: El monasterio de
San Pedro de Arlanza
Cantan los viejos romances los orígenes legendarios de este monasterio. En lo alto del espigón rocoso, al otro lado del río Arlanza, se encuentra la ermita de San Pelayo, sobre la cueva en la que andando el joven Fernán González de caza tras un jabalí, se encontró con el santo monje quien le profetiza su victoria sobre los sarracenos. Cumplida la profecía, el Conde fundará en agradecimiento estos piadosos lugares.
Este inmenso templo benedictino, uno de los más importantes de Castilla, fue mandado construir- según la leyenda- por el conde castellano Fernán González, como respuesta a su promesa hecha al eremita San
La primera construcción románica fue comenzada en el año
1080. Casi quinientos años más tarde, Simón
de Colonia la revistió con las galas del gótico. Algunas partes como la torre- vigía impenitente durante
siglos- sobreviven al deterioro.
Su ubicación-lugar de paso habitual do Fernán González- se presenta ciertamente
aislada pero tiene una explicación: en aquellos tiempos de reconquista, las
fortalezas próximas de Lara y Carazo
eran grandes bastiones castellanos y el monasterio se encuentra situado entre
ellas, haciendo de unión al abrigo del cañón del río Arlanza y el bosque de sabinas que le envuelve.
Así pues, los
manantiales del agua, la espesura del bosque, y las propias fortalezas
naturales, mantienen a este lugar en un rico paraje paradisíaco protegido y
escondido, de difícil acceso. Debemos apostillar que el espacio natural de los sabinares del Arlanza, en tierras de
Hortigüela-termino donde se alza el
monasterio de San Pedro- se localizan los que se pueden considerar los más
extensos y mejor conservados sabinares de todo el planeta. Encontrándose en la comarca del Arlanza, ejemplares de sabina albar que superan los dos mil
años de vida.
En el S.X este monasterio se convirtió en uno de los
centros económicos y culturales más importantes de la naciente Castilla,
perdurando esta hegemonía durante varios siglos, hasta que cae en desgracia
definitiva tras la Desamortización de
Mendizábal (1835), marchándose los monjes de este lugar y pasando sus
extensas propiedades al Estado, quien las vendió a propietarios privados,
acentuándose la decadencia del monasterio y su crisis religiosa, económica,
arquitectónica y artística definitiva que pasaría por muchos avatares negativos
y situaciones difíciles En la actualidad se está reconstruyendo muy lentamente
su configuración definitiva.
Previo a la construcción del monasterio-como ya hemos
indicado- se llevó a cabo la citada ermita-fortaleza de San Pelayo que se
levanta en un promontorio cercano. Presenta varias etapas en su construcción:
prerrománica, románica, gótica y barroca fundamentalmente. La primera marca y
define las etapas posteriores. La planta de la nave responde a los usos
habituales de los templos prerrománicos de finales del S.IX: planta rectangular
o de salón, levantada con sillería de muros de piedra con aparejo irregular.
Lo primero que encontramos al entrar al monasterio es su portada renacentista, en la que destacan
como elementos decorativos la escena central que alberga una gran escultura de
Fernán González montado en su caballo luchando contra los moros por la defensa
de estas tierras de Castilla y que podría simbolizar el triunfo en la batalla de Hacinas, la más importante
ganada a los sarracenos en la época.
En el interior nos encontramos con una iglesia románica , iniciada en el año
1080, de estilo basilical, de tres naves y cuatro tramos. La cabecera está
compuesta de tres ábsides semicirculares precedidos de un tramo recto. En el
exterior el espacio de los ábsides se articula mediante columnas adosadas. Se
observan elementos decorativos románicos especialmente de tipo vegetal. A ella
está adosada la sacristía y el coro,
en el que aún se conservan los nervios de un gran rosetón circular.
En este templo descansaron, por deseo
propio, los restos mortales del conde Fernán González (primer conde
independiente de Castilla) y de su esposa Dª Sancha.
Otras partes importantes del templo son:
El torreón
, construido a principios del s. XIII denotando su carácter defensivo por su
envergadura y porte macizo. El segundo cuerpo está reservado para las campanas.
Es de construcción sencilla y está provisto de estrechos y altos ventanales.
El claustro mayor ,
de estilo herreriano, construido por Pérez
Palacios, discípulo de Herrera,
sobre otro claustro románico similar al de Santo
Domingo de Silos. A su alrededor se articulaba la vida en la abadía. Aunque
en esta parte del monasterio hacían vida los monjes de mayor nivel intelectual,
por eso se le denominaba “claustro de los intelectuales”. En el centro del
claustro destacaba una esbelta fuente de mármol de estilo incaico que fue
llevada en 1933 al Paseo de la Isla, en
Burgos. Junto a la puerta que comunica el claustro con la iglesia, contra
el muro, se ubicaba la tumba románica de Mudarra,
el que fuera hermanastro de los Siete Infantes de Lara, en la actualidad se encuentra en el claustro de la catedral
de Burgos.
La sala capitular
,conocida también como “sala de los tesoros”, es de planta cuadrangular y de
estilo románico y alberga tres alturas. En su interior se encontraban grandes
riquezas. Aquí se encontraba la biblioteca de la abadía y probablemente el
mejor scriptorium del naciente idioma
castellano. De aquí salieron excelentes manuscritos que se repartieron por
todo el mundo. También había importantes pinturas románicas, conservándose
algunas en el Metrpolitan Museo de Nueva York y otros están en el Museo Fogg de
la universidad de Harvard.
El refrectorio era
el lugar donde se albergaba la cocina y el comedor de la comunidad con una
capacidad para unas doscientas personas. Disponía de un atril desde donde se
realizaban lecturas durante la
comida. Al fondo del refrectorio se encontraba una pequeña sala donde al
parecer la Inquisición realizó encarcelamientos y prácticas de tortura.
El claustro menor
o “claustro de los legos”, también de estilo herreriano, fue alzado junto al
claustro mayor y la mayoría de las dependencias monacales. En torno a él hacían
vida el resto de la comunidad más dedicada a los trabajos agrícolas y de
oficios. En el centro destaca el esbelto “pinsapo”, ejemplar de unos ciento
sesenta años, y de gran envergadura, único en la provincia. Este exótico
ejemplar fue traído de la sierra de Cádiz, lugar donde abundan estos ejemplares.
Como curiosidad hemos de señalar que en estas ruinas se
rodaron escenas de la película “El bueno, el feo y el malo”, participando en
ellas el mismo Clint Easwood.
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