EL TURISMO CULTURAL Y SU
PERSPECTIVA SOCIAL Y ECONÓMICA ACTUAL.
Dr. Alfredo Pastor Ugena. Doctor en Historia. Presidente de la Academia
Iberoamericana de Escritores y Periodistas (AIDEP).
BREVES PINCELADAS DEL
DESARROLLO HISTÓRICO DEL TURISMO
El origen del fenómeno turístico y su correspondiente repercusión económica es
casi tan antiguo como la propia historia de la Humanidad, siendo por ejemplo conocida
la afición de muchos eruditos helenos y romanos por los viajes, atraídos por
las visitas a los santuarios y templos, las termas o por la celebración de diversos
acontecimientos de carácter deportivo o religioso.
La desaparición de la “pax romana”,
la destrucción de las calzadas y vías romanas y el fin de la prosperidad
económica que caracteriza a la Edad Media reducen la frecuencia de los viajes.
Esta última se recupera, sin embargo, en el Renacimiento, época en la que
surgen los primeros establecimientos que reciben el nombre de “hotel”’.
Bien entrado el siglo XVI, se
extendió el hábito, entre los ingleses, de enviar a sus hijos a realizar un
largo viaje por el Continente, a fin de completar su formación. Dicho viaje
recibió el nombre de “gran tour”,
expresión de la cual parece que derivan los términos “turismo” y “turista”.
La
revolución industrial da lugar a la aparición del germen del turismo de
masas, al permitir la notable mejora de los medios de transporte - gracias a la
aplicación de la invención de la máquina de vapor, tanto a los ferrocarriles,
como a la navegación- y al favorecer el surgimiento de una importante clase
media. En este periodo también se perfeccionan considerablemente las técnicas
de comercialización de los productos
El verdadero auge de la actividad
turística se produce, no obstante, a partir de los años cincuenta de este
siglo, momento en el que pasa a convertirse en un fenómeno económico de
consideración. En efecto, los movimientos de viajeros se incrementan, entre 1950
y 1973, a un ritmo sin precedentes a lo largo de la historia.
Son varios los factores que inciden
en la aparición del turismo de masas.
Entre otros, hay que destacar el establecimiento de un nuevo orden
internacional y el proceso de paz que sigue a la Segunda Guerra Mundial; la
recuperación económica de las grandes potencias y la consolidación de las
clases medias resultado de la misma; el avance de los medios de transporte y de
las infraestructuras, especialmente en relación al automóvil y al avión; así
como la mejora de las condiciones laborales, gracias las vacaciones pagadas, a
la generalización de la semana inglesa de cinco días o a la reducción de la
jornada laboral.
Desde
ese momento, los viajes se han convertido en uno de los componentes básicos del
consumo de los países desarrollados y el turismo ha pasado a ser una actividad
económica marcada por una fuerte dinámica de crecimiento.
Hoy en día, el turismo se ha
convertido en la primera actividad económica a nivel mundial y representa,
sobre todo para los países del Sur, una fuente de crecimiento económico e
importante generadora de divisas, inversión y empleo.
Desde la Cumbre del Desarrollo
Sostenible de Johannesburgo (2002), se
establece que para la mayoría de los países en desarrollo, el turismo
constituye uno de sus tres principales recursos y asimismo, es el más
importante para una gran parte de ellos( el 34%). Está claro que detrás del
turismo tiene que existir y existe la actividad económica.
A pesar de la importante expansión
turística y de su repercusión económica, que hoy se produce en la diversidad de
los espacios geográficos, prevalecen aún grandes
focos de pobreza. Es relevante la
desigualdad actual entre la importancia de la actividad turística mundial y
la incidencia negativa de ciertas prácticas relacionadas a ella.
Los
beneficios económicos locales reales son reducidos en comparación con la
riqueza que se genera a partir de la actividad turística; un claro ejemplo son
las inversiones, que generalmente
quedan en manos de las grandes
industrias turísticas. Aunado a lo anterior, existen además serios daños sociales, como la
expropiación de comunidades locales o la generación de tensiones diversas .A
todo este escenario se suma la existencia de daños (algunas veces irreversibles) al patrimonio y al medio ambiente.
En muchos casos, el sector turismo se antepone a las políticas de regulación de
la actividad y a las buenas prácticas, además que la voluntad política reduce
su capacidad de respuesta ante el dilema entre el mejoramiento de la balanza de
pagos a corto plazo y las cuestiones sociales y ambientales.
Esta dicotomía parece haber
encontrado su solución en el concepto de “turismo
sostenible”al que voy a hacer referencia a continuación. Este concepto se
refiere a hacer hincapié en el aspecto económico, social, cultural y ecológico
del desarrollo y en la corresponsabilidad entre los actores locales y los
turistas.
El turismo sostenible es una
industria comprometida a hacer un bajo impacto sobre el medio ambiente y
cultura local, al tiempo que contribuye a generar ingresos y empleo para la
población local. La
Organización Mundial del Turismo (OMT), define turismo sostenible como: El
turismo que tiene plenamente en cuenta las repercusiones actuales y futuras,
económicas, sociales y medioambientales para satisfacer las necesidades de los
visitantes, de la industria, del entorno y de las comunidades anfitrionas.
Según
la OMT, los principios que definen el
turismo sostenible son:
Los
recursos naturales y culturales se conservan para su uso continuado en el
futuro, al tiempo que reportan beneficios.
El
desarrollo turístico se planifica y gestiona de forma que no cause serios
problemas ambientales o socioculturales.
La
calidad ambiental se mantiene y mejora.
Se
procura mantener un elevado nivel de satisfacción de los visitantes y el
destino retiene su prestigio y potencial comercial.
Los
beneficios del turismo se reparten ampliamente entre toda la sociedad.
Estas características hacen que el turismo sostenible sea
una herramienta estratégica en el desarrollo económico local y nacional. Por un lado, el turismo supone una
gran oportunidad en algunas zonas urbanas y rurales, en las que no existen
otras alternativas de actividad económica. A su vez, como parte del sector
servicios, ofrece más oportunidades para el surgimiento de empresas locales
(hay que tener en cuenta que incluso en los países más desarrollados, este
sector está compuesto principalmente por PYMES). Y a pesar de ser un sector que
requiere de fuertes inversiones en infraestructura y equipamientos, también
utiliza mano de obra de forma intensiva por lo que ofrece numerosas oportunidades de trabajo y negocio, indistintamente
para hombres, mujeres y jóvenes.
Esta tendencia del turismo
denominada turismo Sostenible, es
también respaldada por la UNESCO, quién argumenta que "El desarrollo de
este tipo de turismo debe ser ecológicamente sostenible a largo plazo,
económicamente viable, así como éticamente y socialmente equitativo"
(BRESCE, 2009).
El turismo ha sido presentado
tradicionalmente como un eficiente motor del desarrollo económico, capaz de
generar empleo, modernizar las infraestructuras, impulsar otras actividades
productivas, revalorizar los recursos autóctonos o equilibrar balanzas de pagos
nacionales. Antes de la década de 1970, asumidas estas premisas y con el
turismo internacional de masas recién estrenado, pocos investigadores se habían
parado a estudiar los costes económicos que suponía para las sociedades
anfitrionas esta actividad. Pero en esa década empezaron a ser evidentes.
Así, es cierto que el turismo genera
empleo, pero en muchas ocasiones para la población local es un empleo de índole
estacional y poco calificado, que suele competir directamente con la oferta de
mano de obra de tipo migratorio. Además, suele tratarse de un empleo inestable:
el turismo es un sector con grandes
vaivenes, denominados coloquialmente como "temporadas baja y alta",
además las zonas turísticas tienen que competir con nuevos destinos que surgen
a causa del gran auge del desarrollo de los medios de transporte, el marketing
y mejores ofertas económicas para el turista.
También
es verdad que se modernizan las infraestructuras, pero enfocadas a las
prioridades turísticas y no siempre en concordancia con un desarrollo endógeno
y equilibrado con las otras actividades productivas.
La revalorización de los recursos
autóctonos se materializa muchas veces en procesos inflacionarios derivados de
un aumento de la demanda de la tierra, el agua o los alimentos; el resultado es
el encarecimiento del coste de la vida, la dificultad de acceder a una vivienda
o la expulsión de campesinos por la falta de competitividad de las rentas
agrarias. El turismo impulsa algunas
actividades productivas, como la construcción, pero también pone en peligro
otras tradicionales, como las agropecuarias.
Igualmente, es discutible la
capacidad del turismo para generar ingresos en los países de destino, ya que
son los países de origen los que más se benefician de esta actividad: las
compañías de aviación y los grandes establecimientos hoteleros suelen
pertenecer a multinacionales de los países de origen, además de que los
operadores de estos países tienen capacidad de imponer precios a sus “socios”
del destino.
Ernest Cañada, miembro
de Sodepau-ACASC, (una ONG catalana) comenta que, a modo de ejemplo de estos
procesos, nos podemos referir a primigenias zonas de atracción turística como
las Antillas o Hawái en la década de 1960 y principios de la siguiente. El
desarrollo turístico llevó a sustituir tierra agrícola por tierra urbanizable,
y al campesino por el albañil o el trabajador del sector servicios. En pocos
años, se redujo la soberanía alimentaria y fue necesaria la importación de los
alimentos, más caros y a los que sólo se podía acceder en el mercado. En el
caso de Hawái, dos de sus ocho islas mayores acabaron siendo propiedad privada,
igual que más del 70% de las mil millas costeras hasta entonces propiedad del
estado. Por último, las pequeñas industrias turísticas autóctonas fueron
substituidas por otras foráneas con mayor capacidad de competencia.
Finalmente,
cabe señalar que, en determinadas zonas donde se ha hecho una apuesta por el
turismo como principal medio de desarrollo, se ha observado que genera
problemas semejantes a los de economías basadas en la agricultura de
monocultivo para la exportación, tales como la dependencia de los precios del
mercado internacional, muy fluctuantes, o un alto nivel de riesgo derivado de
la escasa diversificación.
Según Sancho (2009) y
Maldonado(2006) entre los principales
impactos ocasionados por el turismo podemos encontrar los siguientes:
Coste
de oportunidad. Sucede debido a que se asigna un uso turístico a los
recursos naturales, y posiblemente estos podrían ser utilizados para usos
alternativos más provechosos.
Costes derivados de las
fluctuaciones de la demanda turística.
Estos costes se dan debido a la caída de la demanda, ya que afecta a la
economía en general, más cuando se es muy dependiente de la actividad. Se da
debido a que el turista tiene un mayor poder adquisitivo y los precios de los
productos se elevan para sacar mayor provecho, por lo que para la gente local
se traduce en tener un menor poder adquisitivo.
Posible especulación
derivada de la demanda turística por terrenos y bienes raíces. El suelo se encarece porque llega a
ser un bien escaso, ya que la actividad hace uso de este recurso.
Pérdida de beneficios
económicos potenciales.
Esto se da mayormente en países en vías de desarrollo, ya que usualmente
depende del capital inversor extranjero, por lo tanto los beneficios se quedan
en los países que invierten.
Distorsión o
debilitamiento de las actividades económicas locales. Debido a que el capital humano local
y de las áreas circundantes a los centros turísticos prefieren trabajar en las
actividades turísticas y dejan de hacerlo en lo que tradicionalmente lo hacían.
Conflicto de intereses
entre la población residente y los turistas. Esto se da generalmente porque ambos empiezan a
utilizar y compartir los mismos recursos naturales y los servicios públicos.
Las áreas que más atención han
recibido en la literatura económica han sido la modelización de la demanda y la
estimación de los impactos macroeconómicos de la expansión turística.
Otras áreas que presentan un
incipiente desarrollo son el análisis coste-beneficio de las políticas
turísticas, el estudio de la organización industrial, y la evaluación de las
interacciones con el medio ambiente. La maximización del bienestar colectivo
del desarrollo turístico requiere la consideración del valor de las externalidades
en las decisiones de inversión.
Las características de la industria
sugieren la necesidad de intervenir en el sistema a través de políticas
impositivas y de regulación que garanticen el funcionamiento de los mercados de
acuerdo al criterio de optimidad social.
El turismo, como actividad económica
importante, no se escapa a la fiscalidad.
Esta ejerce su influencia sobre este sector de la economía de manera, incluso,
más sensible que sobre otros sectores económicos. Conviene tener presente que
en la constitución de una empresa turística una de las primeras cuestiones que
más interesan a sus creadores es la relativa a la fiscalidad. El hecho de
tributar de una u otra forma condiciona, muchas veces, la forma jurídica y las
características de la empresa turística.
De
ahí que sea muy importante concretar qué tributos inciden sobre las empresas
turísticas (sobre su inicio, la obtención de beneficio y el tráfico de bienes y
servicios prestados por dichas empresas) y especialmente, qué tributos gravan a las empresas turísticas
a nivel nacional y a nivel internacional
y cuál es el tratamiento fiscal de la empresa turística transnacional.
1-Relación entre Turismo cultural y Patrimonio.”El
turismo sostenible”.
El
vínculo existente entre el turismo cultural y el patrimonio es único. Si bien
el turismo se ha considerado históricamente como una actividad
preponderantemente económica, el patrimonio se caracteriza por ser una riqueza
no renovable, hecho por lo cual no puede ser considerado como un producto
clásico de consumo.
La valorización del patrimonio como
eje de la actividad turística (valor de uso) cuenta como principal objetivo el
beneficio económico, mientras que la valoración del patrimonio (valor de
existencia) se preocupa principalmente en la apreciación de la dimensión
cultural. El patrimonio constituye el
punto de partida de la actividad turística y es la base de identidad de las
comunidades locales. Sin el patrimonio, las perspectivas de desarrollo se
verían limitadas; el turismo es una herramienta sólida de este desarrollo.
Hay que valorar en todo este
escenario la existencia de daños (algunas veces irreversibles) al patrimonio y
al medio ambiente
El marco del desarrollo:
turismo y alivio de la pobreza.
El
turismo es en la actualidad una de las ramas más importantes del sector servicios y de las de mayor
crecimiento a nivel mundial. Para los países desarrollados y en vías de
desarrollo es una fuente importante de ganancia de divisas, una fuente de ingresos personales, un generador
de empleo y un contribuyente a los
ingresos del Estado.
En una perspectiva de
futuro con respecto a las potencialidades del turismo en cuanto al alivio de la
pobreza, habría que prestar especial atención a una serie de factores / clave,
que determinan el marco en que la actividad turística se produce y sus
consecuencias sobre los destinos:
Las políticas de gestión turística
que tienden a concentrar los ingresos del turismo, que son, posteriormente,
transferidos a potentes centros exportadores que suministran al destino
turístico. Mientras éste sufre los mayores impactos sociales, culturales y
medioambientales, recibe a cambio la parte menor del total de los ingresos.
La naturaleza de las relaciones entre
la actividad turística y el destino, que tienen generalmente un carácter
extractivo, deben pasar a ser contempladas en el espacio de la sostenibilidad,
de manera que la actividad turística se perpetúe con el enriquecimiento social
y cultural del destino.
El protagonismo de la actividad
turística recae habitualmente en el turista, cuya satisfacción es el fin último
de todo el proceso. Se impone un cambio sustancial hacia un nuevo paradigma en
el que la actividad turística pase a ser un medio cuya finalidad es el desarrollo
socioeconómico y la preservación del medio ambiente del destino, de manera que
el protagonismo de la actividad turística pase a los participantes en toda la
cadena productiva, básicamente la población local.
Los indicadores que miden el éxito o
fracaso del desarrollo turístico se sustentan generalmente en datos sobre el crecimiento del PIB, el número de
visitantes, de hoteles, los índices de ocupación de los alojamientos, etc. Una
nueva visión daría prioridad a indicadores que dieran medida de las
posibilidades de continuidad del destino, la preservación y mejora de su
patrimonio natural y cultural, los beneficios socioeconómicos para la población
del destino, la distribución de renta entre sus distintos segmentos sociales y,
con especial relevancia, las oportunidades creadas para la superación de la
pobreza.
Cualquier actividad turística es
susceptible de convertirse en motor de desarrollo socioeconómico y de alivio de
la pobreza. Tan importante es crear nuevas oportunidades, como integrar, en la
realidad turística global existente, nuevas políticas que faciliten el alivio
de la pobreza.
En
programas de organizaciones internacionales como la OMT y el Comité Mundial de
Ética del Turismo (2003) se plantean ocho objetivos cuya meta es medir y acelerar el ritmo de desarrollo hasta 2015
y que son puntos que el concepto de "turismo sostenible" integra manera
más o menos directa.
Erradicar
la pobreza extrema y el hambre
Lograr
la enseñanza primaria universal
Promover
la igualdad entre los géneros y la autonomía de la mujer
Reducir
la mortalidad infantil
Mejorar
la salud materna
Combatir
el VIH/SIDA, el paludismo y otras enfermedades
Garantizar
la sostenibilidad del medio ambiente
Fomentar
una asociación mundial para el desarrollo
El
turismo no puede identificarse como un sector económico claramente
diferenciado, puesto que los bienes y servicios vendidos tanto a los
visitantes como a los turistas nacionales se originan en varias ramas de
laproducción y porque en muchos casos sólo una parte se vende al turista y el
resto se destina a otras formas dedemanda final o usos intermediarios.
El
turismo es una actividad transversal ya que fluctúa y origina sinergias y
confluencias entre los distintos sectores productivos que se relacionan en
elafloramiento de la diversidad de las actividades turísticas
Los efectos del turismo sobre la
economía son tal vez los más conocidos y han sido los que en mayor grado han
estimulado el interés de los países por el turismo. Éstos efectos pueden
manifestarse de diferentes formas, a saber:
- El
turismo como fuente generadora de divisas
- El
turismo y sus efectos sobre el ingreso nacional
- El
turismo como fuente generadora de empleos
- El
turismo como factor de expansión del mercado nacional
- Otros
efectos del turismo: sobre el nivel general de precios y sobre el presupuesto
público
El
caso de España.
Según la OMT
El turismo está teniendo un crecimiento "importante" en 2013.
El secretario general de la Organización
Mundial de Turismo (OMT), Taleb Rifai, señaló que el sector turístico español
tendrá un crecimiento "importante" en 2013, al considerar que su alza
del casi el 3% el pasado año ha corroborado su mantenimiento como mercado de
destino, aunque se ha negado a dar cifras nacionales.
Hasta julio de este año de 2013,
España ha recibido 3 millones de turistas, un 4%más que en 2012: la mayoría
procedían de Inglaterra, Alemania y Francia; sus destinos las costas de
Cataluña, Baleares, Andalucía y Canarias
En concreto, Rifai ha remarcado que, mientras
que en 2011 el crecimiento del turismo en España estuvo marcado por la
transferencia de los flujos turísticos por la Primavera Árabe, el sector ha
demostrado que pese a la recuperación africana y la situación económica europea
sabe mantener sus cifras.
Por su parte, el responsable de
tendencias de mercado de la OMT, John Kester, ha asegurado que España tuvo un
"buen año", aunque el comportamiento de los visitantes internacionales
fue mejor que en el caso del turismo interno, destacando que en el caso de
Europa del Sur se aprecia una tendencia de recuperación del mercado británico.
No obstante, Rifai ha puntualizado
que "sea cual sea" el ajuste final entre ingresos y gastos, el balance
turístico de España es el "mejor" del mundo, cifrando en más de
30.000 millones de euros esa comparativa.
El turismo mundial ralentizará su
crecimiento en 2013, según las previsiones de la Organización Mundial del
Turismo (OMT) que adelantó HOSTELTUR noticias de turismo, por lo que las
llegadas internacionales se incrementarán entre un 3% y un 4% (‘El turismo
internacional crecerá entre un 2% y un 4% en 2013’), ligeramente por debajo del
4% de 2012 con el que se ha cerrado el año alcanzando los 1.035 millones (‘El
mundo alcanza los 1.000 millones de turistas internacionales’).
Turismo
mundial
La previsión de crecimiento de la
OMT para 2013 encaja con su predicción de aquí a 2030, con una subida media del
3,8% anual entre 2010 y 2020 a fin de alcanzar al fin de la década los 1.800
millones de turistas internacionales.
Por regiones, las mejores
perspectivas para este año son para Asia-Pacífico (entre +5% y +6%), seguida de
África (4%-6%), las Américas (3%-4%), Europa (2%-3%) y Oriente Medio (0-5%).
Se mantienen así los patrones de
comportamiento de 2012, en el que también ha destacado la región de
Asia-Pacífico con un alza del 7%; mientras que, por subregiones, el Sudeste
asiático, gracias a la aplicación de políticas que fomentan la cooperación y la
coordinación regional en materia de turismo, junto con el norte de África
(ambas con +9%) y Centroeuropa y Europa del Este (+8%) encabezan el ranking.
De este modo el crecimiento ha sido
más significativo en las economías emergentes (+4,1%) que en las avanzadas
(+3,6%), tendencia que ha marcado al sector en los últimos años.
El gasto del turismo chino en sus
viajes al extranjero ha crecido un 42% en 2012, según las estadísticas de la
OMT.
Y es que, según ha reconocido el
secretario general de la OMT, Taleb Rifai, "2012 ha sido un año de
inestabilidad económica constante en todo el mundo, y especialmente en la
Eurozona, pero el turismo internacional ha logrado mantener su rumbo". El
turismo por tanto, añade, es "un pilar al que los Gobiernos de todo el mundo
deberían apoyar en tanto que forma parte de la solución para estimular el
crecimiento económico".
Así, mientras los destinos de la
Europa meridional mediterránea han consolidado los excelentes resultados de
2011 volviendo a sus índices de crecimiento habituales con un aumento del 2%,
las llegadas a África han alcanzado un nuevo récord con 52 millones, debido a
la recuperación del norte del continente tras la Primavera árabe.
No obstante, Sudamérica, con un
incremento del 4%, ha registrado cierta ralentización con respecto al
crecimiento de dos dígitos de 2010 y 2011, frente al Caribe que, con una subida
del 4%, ha mejorado los resultados de los dos últimos años.
Los resultados de Oriente Medio
(-5%) han mejorado después de un declive del 7% en 2011, aunque en 2012 la
región ha contabilizado aproximadamente tres millones menos de llegadas de
turistas internacionales, y ello a pesar de la clara recuperación de Egipto.
Los ingresos, también al alza
Los datos disponibles sobre ingresos
y gasto por turismo internacional para 2012, que cubren al menos los nueve
primeros meses del año, confirman la tendencia positiva de las llegadas.
Entre los diez primeros destinos
turísticos, los ingresos se han incrementado significativamente en Hong Kong (+16%),
Estados Unidos (+10%), Reino Unido (+6%) y Alemania (+5%).
Asimismo un número significativo de
destinos del todo el mundo ha registrado un incremento superior al 15% en los
ingresos por turismo internacional, como Japón (+37%), India y Sudáfrica (ambos
+22%), Suecia y la República de Corea (ambos con un +19%), Tailandia (+18%) y
Polonia (+16%).
Renovado
dinamismo de los mercados tradicionales
Aunque de los diez principales
mercados las tasas de crecimiento más elevadas del gasto en el extranjero las
ostentan las economías emergentes, como China (+42%) y Rusia (+31%), algunos
emisores tradicionales han registrado resultados positivos.
Así, en Europa, y a pesar de las
presiones económicas, el gasto en turismo internacional de Alemania se ha
mantenido en el +3%, mientras que el del Reino Unido (+5%) ha vuelto a crecer
después de dos años sin variación; aunque en Francia (-7%) e Italia (-2%) ha
descendido. En América, tanto en Estados Unidos como Canadá ha aumentado un 7%.
Otros mercados más pequeños con
crecimientos significativos han sido Venezuela (+31%), Polonia (+19%),
Filipinas (+17%), Malasia (+15%), Arabia Saudita (+14%), Bélgica (+13%),
Noruega y Argentina (ambos +12%), Suiza e Indonesia (ambos con un +10%).
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